lunes, 10 de noviembre de 2008

La redención


“To work on oneself one must know every screw, every nail of one’s machine—then you will know what to do.”
G. I. Gurdjieff


Cuando uno reacciona en forma inconsciente frente a las “emociones negativas”, propias o ajenas, se genera un vínculo con los demás y con las situaciones. Al reaccionar en forma automática, permito que algo que deviene del mundo imaginario, nuevamente propio o ajeno, ocupe mis "espacios" interiores. No hace falta ir muy lejos para encontrar al “responsable” de que esto suceda: la ausencia de mí mismo.

Esos vínculos se enquistan con el paso del tiempo y conforman nuestra personalidad en un complejo entramado. ¿Cómo deshacer ese entramado? ¿Cómo liberarnos de esos condicionamientos que nos determinan?

Es necesario deconstruir esos vínculos encontrando la manera de redimir a las personas, a las situaciones, y a mí mismo, a través de un acto real o simbólico.

Estos vínculos son variados y tienen diferentes grados de influencia en la vida de las personas, siendo el rencor uno de los más enquistados en todos nosotros.

No es suficiente olvidar los rencores, o dicho de otra manera, no es posible sólo olvidar los rencores porque sería “dejarlos en la sombra”, esperando la oportunidad de aflorar. Un rencor es un vínculo. Ese vínculo puede ser con una persona, un grupo, una idea, un hecho del pasado, y determinan nuestra manera de actuar dejándonos muy poco margen de libertad.

Efectivamente, a veces el paso del tiempo morigera el rencor que puede resurgir periódicamente con mayor o menor intensidad, y que tarde o temprano termina por desaparecer, o no. Pero este proceso es demasiado largo, y a veces, las circunstancias de la vida evocan estos rencores y los enraízan nuevamente. Si nuestro tiempo disponible fuera infinito, no tendríamos más que sentarnos a esperar que se diluyan hasta desaparecer. Lo cierto es que no tenemos tanto tiempo. Entonces, la única manera de liberarnos de nuestros rencores es realizar un acto de redención, que nos permita desprendernos de ellos naturalmente. Para realizar y primero conocer cuál es ese acto de liberación, de redención, es necesario un profundo conocimiento de la psicología humana en general, y de los mecanismos psicológicos internos propios en particular. En este segundo aspecto del proceso de redención es en donde un Trabajo interior honesto nos ayuda a curar las heridas que nos infligimos.

Los pesos que nos cargamos, gracias a la acción inconsciente del ego, porque a fin de cuentas los rencores no son más que la manifestación del ego en el estéril “intento” de verse a sí mismo como una unidad, nos lastran determinando nuestras acciones en la vida.

Entonces, yendo al punto, ¿cómo hacer para redimir mis rencores? Es muy interesante el hecho de que ese acto de redención puede ser realizado en forma real, concreta, curando las heridas que el rencor provocó, en los demás o en mí mismo, o mediante un acto simbólico. Muchas veces no existe la posibilidad de realizar el acto concreto de redención que busco, porque la persona relacionada ya no existe, porque ya no tengo contacto con esas personas, en fin, por cualquier situación a través de la cual la vida me haya llevado. Entonces, la redención simbólica es el único camino.

Nuestro subconsciente entiende muy bien el lenguaje simbólico. De hecho, es el único lenguaje que entiende. Es allí, en nuestro subconsciente, en donde los rencores habitan, y desde donde se manifiestan en el mundo también a través de símbolos que se traducen en actos concretos. Es nuestro Trabajo decodificar esas manifestaciones para entender los mecanismos y redimirnos en un osado acto de liberación.

Esta redención de la hablo, puede no solamente ser la redención de mis actos inconcientes, sino la redención de los actos inconscientes de los demás, incluso de personas que ya no están vivas, de mis ancestros.

Los símbolos que nuestro subconsciente entiende están relacionados con las figuras arquetípicas registradas en el mismo subconsciente, adquiridas en nuestra educación más temprana, y que constituyen un “acervo” que teñirá todos los actos de nuestra vida. Estas “figuras” son comunes a una cultura. Un japonés no tendrá las mismas “figuras” que tiene un francés, aunque por supuesto compartirá muchas. Así, los actos de redención, serán diferentes para personas de diferentes culturas. De cualquier manera, el punto es encontrar los actos de redención que me permitan liberar los vínculos que mencionábamos.

La consciencia tiene una enorme cantidad de gradaciones y matices. Cuando uno actúa en forma consciente, es decir, dándome cuenta de mí mismo y de lo que me rodea, estos vínculos no se establecen y los antiguos se deshacen.

Es en el estudio de nuestros hábitos, en la observación de sí (una vez más), es donde está la llave que nos permitirá algún día estar en paz.

3 comentarios:

gesunder dijo...

CIERTO, CIERTO, CIERTO.
QUÉ GUSTO LEERTE.

SI LEES ESTO, PORFAVOR CONTÁCTAME:

a_laka@hotmail.com

Cuarto Camino
Saludos desde Chile

Sol Lunar dijo...

Y que tipo de acto simbolico podríamos usar para hacer este tipo de acto de redención?' muchas gracias

Sobre las ideas de Gurdjieff dijo...

Pienso que es distinto para cada uno de nosotros. “Hacer” generalmente no está dentro de mis posibilidades pero la vida (en condiciones más o menos normales) nos ofrece momentos en los que una mejor calidad de atención nos permite ver un poco más claramente. Por eso el Trabajo tiene lugar en la vida y no en un monasterio. En esos momentos, en donde el centro Intelectual, emocional y motriz están más alineados, es posible, a veces, saber qué es lo que en este momento necesito.
En general, esos actos simbólicos son muy simples. Por ejemplo, ayudando a una persona mayor podría sanar la herida de no haber ayudado a mi padre en alguna circunstancia. La dificultad en este tema, desde mi punto de vista, es que no es algo que pueda resolver pensando (por lo menos en forma ordinaria) porque mi subconsciente no entiende el lenguaje que usamos en estos intercambios de ideas.
En el capítulo “El Hipnotismo” en “Relatos de Belcebú a su nieto” tal vez hay información que podría resultarle útil.